Volviendo de una larga semana de ausencia, nada que hacer hay ocupaciones que no se dejan esperar. Para mi entrada de hoy he querido hacer la reseña del libro Entre Tonos de Gris. Corrección daré mi apreciación, lejos está esta escribiente en desarrollo de autodenominarse “¿Reseñografa?”… en fin mientras ustedes me ayudan a dar con el calificativo yo voy al punto.
Este libro me parece que como mucho de los que he tenido la fortuna de tener en mis manos es todo un tesoro de valor incalculable, una clara muestra de la elegancia que caracteriza a los escritores anglosajones. Supe del tesoro de Ruta por una Booktuber Little Red Read , y al conocer de su apreciación rogué a Dios por que estuviera en venta en mi país Colombia, corrí a la librería que más frecuento -un lugar para los intelectuales algo estrafalario mezclan libros con videojuegos y accesorios para el hogar, se adaptan a la fluctuante economía nacional- Lo logré, allí estaba, oculto en una arrinconada estantería, y nada más verlo lo hice mío con mi cautivadora mirada. “Tiene UNA EDICIÓN PRECIOSA QUE NO DENOTA LA RUDEZA DE SU CONTENIDO”, para mi fortuna la coedición de Maeva ediciones y Editorial Océano dice que “es para venta exclusiva en Hispanoamérica”, ¡qué de bruces yo caí en la zona!, ¡¿que si no?!... ¡ay carajo que bendición!, así se hace un poco más próxima mi reconciliación con las librerías nacionales. La historia no podía ser menos que impactante, ¡me mato!, es hermosa, bueno no, me estoy contradiciendo, aborda una situación de extrema melancolía pero muestra un matiz humano cálido y maravilloso.
Y… lo paradójico es que siendo mi interés el tema del holocausto nazi y todas estas historias que se tejieron de forma colateral para la época, esta no trata ni de alemanes ni de judíos, por eso me pareció estupenda: una buena forma para conocer a los que fuimos indisciplinados con nuestra clase de historia. Relata entonces la ocupación de la unión soviética en los estados bálticos de Lituania, Letonia y Estonia. Y de como Kremlin estableció listas de personas consideradas antisoviéticas que debían ser asesinadas, encarceladas o deportadas como esclavas a Siberia. Me llama aquí la atención que como otras historia que conozco estas listas han estado creo que no muy aleatoriamente compuestas por personas de un alto nivel intelectual… que será esto….¿quizá el conocimiento resulta toda una desafiante amenaza, para los que se regodean del poder hasta el temor acurrucado que les hace actuar mezquinamente antes que arriesgarse a perderlo?... ¡Cuidado!, que me estoy metiendo en faltas de política, tema que me resulta por demás harto, harto aburrido.
Volvamos al libro: La familia, con un patriarca desaparecido a cuenta del caos de la deportación que no puede ser menos elocuente para el escenario, es un reconocido pintor, la madre, de unos dones de bondad que ni yo creo poseer y los niños, ah que niños!...una frase que muestra el calor de hogar que me provocan “ No dejes de pensar en tu padre y en nuestra casa. Tenemos que mantener vivo este pensamiento en nuestros corazones… Si lo hacemos volveremos”… Y nada más releerlo se me inunda los ojos y tengo que esforzarme para no llorar…. Y caigo en la cuenta de otra frase que me roba una sonrisa: “ el sentido del humor es algo que no nos pueden quitar, ¿verdad?”
El libro tengo que decirlo me conmovió hasta las lágrimas, me hizo valorar todo lo que por gracias Divina -que no puede ser otra- yo sé que tengo: Tengo mi salud, tengo a mi familia, y además la tengo conmigo… me sentí un poco culpable porque yo como Jonás el niño, también le he dicho a mi ma que “¡no tengo hambre!” cuando ella me insta a comer, que aún lo hace y no debería ya no tiene porque, yo soy casi una cuarentona y tengo dentro de mis haberes los arrullos de mi madre.
Es increíble como cada uno de los personajes tiene una personalidad tan contundente que en medio de la lucha incansable por resguardar la existencia, florece la semilla del amor, del amor que vale la pena, uno que no se consigue en cualquier esquina:
“… a veces la torpeza esconde tanta belleza… es una manera de intentar expresar amor y emoción, pero al final todo queda en simple torpeza”… No sé ustedes pero yo me quedo con los torpes. … “los hombres buenos suelen ser más prácticos que guapos”…
Cuando iba por la pagina 162 llore mucho y di gracias en ruso: “Spaseeba” abrazada a mi Cucarrón… por ella, por mi hija, por mis libros, por esta vida que tengo que es maravillosa y exultante… “Spaseeba”.
Excúsenme… parece que quiero dejar prueba de que leí el libro, el hecho es que me he esforzado para no decir nada muy amplio de la historia, en cambio sí les regalo mi invitación: ¡les animo a comprarlo!
Tiene de todo, y de seguro lo que yo he hecho con el mío no es lo más propio a los coleccionistas – he doblado las esquinas de muchas de sus páginas”, nada que hacer, es una historia que se puede volver a releer y que sin duda nos enseña lo mucho que podemos hacer, la voluntad grandiosas de mantenernos con vida y de valorar la que ya tenemos y que no se nos muestra esquiva
Lo que me gusto… sobran los halagos… solo puedo decir que ya tengo otro libro de Ruta, me sentí en deuda, así que fui y lo compre. Creo que será otra gran adquisición
Lo que no: como suelo decir No a lugar
Comentarios