El Elemento
Autor: Ken Robinson
Género: Psicología
Nº de páginas: 304 páginas
En los últimos años han proliferado las investigaciones acerca de las causas de la felicidad más todas sus vertientes, una coincidencia de todas ellas es el significado de la vida que para nosotros resulta ser como ese motivo que nos eleva hacia nuestro mayor disfrute. En mi insistente afán de comprender mi felicidad di con este libro junto con otros que ya iré leyendo y de los que compartiré mi opinión en el futuro.
El
Elemento es un libro que está pensado como una propuesta para replantear la
educación convencional como la conocemos y la hemos sufrido en muchos
casos. En este sentido cumple su propósito porque sustenta con avidez sus
razones para insistir en la necesidad imperante de reescribir la educación que,
si bien nos fue de utilidad en el pasado, hoy tan cuadriculada, calificada y
segmentada ha dejado de darnos frutos.
Lo
que me gusto:
La
crítica que hace a la educación tradicional pensada con un enfoque industrial,
me pareció más que majestuosa. Como madre siempre me he preocupado porque mi
hija disfrute y se divierta mientras aprende. Pero pasa que esto no es así en
todos los contextos, puedo decir que decidí que reprobaríamos tercero en un
momento apremiante de incomprensión de su parte en donde las tablas de
multiplicar se le convirtieron en su mayor agobio. En el colegio al conocer mi
decisión los profesores no ocultaron su afán porque como podía yo atreverme a
ralentizar la carrera de mi hermosa niña. Bah … creo que más que lograr que se gradúe de 14 o
15 años, es más importante lograr en ella un nivel de comprensión y un sentido
de identidad que le permitir responderse ¿Qué quiere ser cuando sea grande?
mitigando la posibilidad de equivocarse en el camino, posibilidad que podremos
mitigar pero que siempre estará ahí, porque sencillamente nada es perfecto y
las decisiones nos ayudan a crecer, ante los desaciertos podremos reconducir.
Coincido
con Ken cuando reprueba la calificación numérica y en letras que se empeñan en
adelantar en todos los pensum educativos, ni que decir de las pruebas estandarizadas;
confirmo su apreciación acerca de los test de inteligencia, en palabras de
Claudio Naranjo "somos más que una inteligencia, poseemos no uno sino tres
cerebros: cabeza, corazón y tripas".
Ken
menciona este reforzamiento sistemático al mundo productivo, con la
jerarquización de las materias dándole prioridad a las matemáticas, las
ciencias y las lenguas. Me hace pensar que llevamos largo rato repitiendo que
habrá que darle un papel de mayor relevancia a las artes, pero seguimos cual,
si no pasara nada, y junto con esta actitud pasiva condenamos a niños, jóvenes
y adultos a producir en masa, a costa de su desarrollo sentido y motivado.
El
Elemento es una forma sencilla de encontrar una motivación para el hacer de
nuestra vida a largo plazo: lo entiendo, me encanta, lo quiero. Ken nos invita
a pensar de forma diferente y de manera audaz, a abrazar la biodiversidad. Parece
que estamos condenados a ir por la vida uniformados en el vestir, el pensar y
el actuar, cosa que para todos resulta siendo monótona y peligrosa.
Es
amable cambiar la pregunta ¿Qué tan inteligente eres?, por ¿Cómo eres de
inteligente?: acepta multitud de formas, texturas y colores. Más que
gustarme los aportes de Ken con su trabajo y sus escritos, es algo que no puedo
dejar de agradecerle, insisto no es justo enmarcar en oficios productivos los
talentos tan ricos y diversos, cada quien puede ser desde lo que le gusta. No se
puede forzar la creatividad desde la visión mercantilista de la educación como
algo rentable.
Lo
que no me gusto
Ken
te presenta una inmensa variedad de experiencias de vida con las que sustenta
esta importancia en disfrutar de lo que hacemos, pero llega un punto en el que
son tantos los casos de éxito, que mentes débiles como la mía con tendencia a
las comparaciones resultan agobiadas ante tanta magia. Sin embargo, entiendo
que su intención es presentarnos El Elemento como una posibilidad abierta y
exequible para todos.
Pensé
en decir que no me gusto que el libro detalla con lujo de detalles la
importancia de encontrar Tu Elemento y, se queda corto pues no te da pistas
suficientes a cerca del cómo lograrlo. Pero resulta que para 2013 publicó lo
que sería la segunda parte de este libro y se tituló "Encuentra Tu
Elemento". Así que nada que hacer, he quedado sin palabras. Ya lo leeré, ¡por
supuesto!
Me
pone triste saber del fallecimiento el pasado agosto de Ken un hombre que en
vida hizo valiosas contribuciones para el desarrollo autentico sustentable
y sostenible. Me prometo seguir sus pasos y aprender lo que buenamente de su
huella logre aprender.
Mi calificación: 5/5
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