Carlos Fernando Galán
Señor Alcalde,
El
27 de febrero de 2024 es una fecha que recordaré con cierta ironía. Aquella
tarde, citados a las 4:00 p.m., nos dieron ingreso a las instalaciones de la
Alcaldía Mayor de Bogotá casi dos horas después. Usted, ocupado con otros
asuntos más importantes, llegó cerca de las 8:00 p.m. Su participación en
aquella ceremonia de posesión del Consejo Territorial de Planeación me pareció
un trámite más, de esos que obligan al postureo social: la foto con unos y
otros y, por supuesto, el acto solemne de escuchar el himno nacional.
Gracias
a ese retraso, la primera sesión de consejeros terminó pasadas las 10:00 p.m.,
y yo, que no tengo carro, moto ni bicicleta, me vi obligada a una carrera casi
épica para alcanzar un último TransMilenio que me llevara de regreso a casa.
Señor
Alcalde, ¿recuerda esa fecha? ¿27 de febrero, instalación del Consejo
Territorial de Planeación? Seguramente no. El solo nombre de esta instancia de
participación le debe resultar confuso y poco conectado con su gestión como
funcionario público.
Yo,
en cambio, sí la recuerdo. Pero quizá recordaré con más fuerza la del 7 de
diciembre del mismo año. Aunque usted no estuvo presente —entre otras cosas,
porque creo que ni siquiera le llegó la invitación—, sí asistieron varios
profesionales de la Secretaría de Planeación. Ese día, ante un público escaso,
porque en diciembre la participación ciudadana se diluye entre las
festividades, algunos de mis compañeros y yo rendimos cuentas de la gestión
adelantada por el Consejo Territorial de Planeación.
En
medio de las intervenciones, y de la manera más escueta posible (tuvieron que
pasar 284 días desde aquel 27 de febrero), me fue entregado el certificado que
me acredita como Consejera Territorial de Planeación. Lo recibí con sorpresa,
pues con el pasar de los días había supuesto que no nos entregarían ningún
documento. Seguro existe una resolución con el listado completo de consejeros
reconocidos por el acuerdo, pero yo no la tengo presente.
Recibir
ese certificado me pareció un aviso: “Pasaste
el período de prueba”. Largo todo él. En un empleo tradicional,
este dura dos meses. Para los consejeros, fue de nueve.
Es
mi primera vez como consejera territorial y decidí asumir esta responsabilidad
movida por el genuino interés de participar en la planeación de mi ciudad.
Desconozco muchas de las minucias de la gestión pública, pero, aun sin la
estructura cuadriculada que exige la burocracia, me permito elevarle a usted,
máximo dirigente de la ciudad que habito, algunas inquietudes que requieren
respuesta para garantizar el buen ejercicio de mi labor como consejera.
Creo
en la participación ciudadana como una acción incidente y, lejos de ser uno más
de los tantos desocupados que servimos de público garantizado para que la
administración en turno alardee de su gestión, quiero construir, con mis
posibilidades y con la anuencia de los líderes sociales que se reconozcan en mí
como persona y como ciudadana, resultados en favor del bienestar común.
La participación
ciudadana: un pilar de la democracia
A
nivel global, se reconoce que los espacios de participación ciudadana son
fundamentales para fortalecer la democracia y hacer de la planeación
territorial un proceso más incluyente y efectivo. Bogotá cuenta con diversas
instancias de participación que, en teoría, garantizan la voz de la ciudadanía
en la toma de decisiones. Sin embargo, sin una verdadera articulación y
respaldo institucional, estos espacios terminan siendo simbólicos y poco
incidentes en la gestión pública.
Por
ello, le planteo las siguientes preguntas, con la esperanza de que su
administración aclare el papel del Consejo Territorial de Planeación para su
gobierno y su compromiso con la participación ciudadana:
- ¿Cuál es el rol
que su administración le otorga al Consejo Territorial de Planeación y
cómo se garantizará su articulación efectiva, transparente y colaborativa
con las asambleas participativas propuestas en su gobierno?
- ¿Qué
estrategias implementará su administración para asegurar que el Consejo
Territorial de Planeación cuente con un presupuesto adecuado para el
cumplimiento de sus responsabilidades como instancia de participación
consultiva?
- Teniendo en
cuenta la importancia del fortalecimiento de capacidades en temas como
gestión pública, gestión cultural y función pública, ¿cómo se prevé la
profesionalización y especialización de los integrantes de las instancias
de participación, especialmente del Consejo Territorial de Planeación de
Bogotá?
- ¿Qué garantías
mínimas en términos de conectividad y movilidad tendrán los consejeros
activos para asegurar el éxito de su gestión voluntaria?
- ¿Tiene previsto
implementar alguna estrategia de gobierno abierto en lo que resta de su
administración para mejorar el acceso a la información, la transparencia y
la participación efectiva de la ciudadanía en la toma de decisiones?
Atentamente,
Ángela Patricia
Manrique
Consejera
Territorial de Planeación de Bogotá
Sector Mujeres
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