Si fuese un vídeo diríamos que este es un vídeo Bomba... pero no. No me ha ido muy bien en mi experiencia como vídeo autora de you tuber, además no pienso diseñar algún dispositivo para que la entrada luego de algún tiempo se auto destruya, he de conformarme con esta entrada como la entrada que muestra algo más de mi.
De razones tengo una lista llena pero yo diría, es decir, digo sin temor ni vergüenza que mi ausencia en los últimos días obedece más que nada a aquella sensación vaga que se me ha generado de que escribo para una sombra sin voz, sin color, ni voto. No puedo ser desagradecida con aquellos que han comentado algunas de mis entradas pero el general debo decirlo, si han sido vistas no han sido merecedoras de comentario alguno ni bueno ni malo.
Entonces volviendo al tema de que veo ante mi un fantasma sin color resolví por un tiempo dedicar mi escritura a Mi diario Personal: Lucerito que a pesar de ser poco tangible o multiforme, pues sus entrañas suele cambiar de forma y de color según el cuaderno en turno, hm... si siento su color, bueno, como explicar?, percibo su energía, y ni que hablar de su voz, es melodiosa, no juzga, no critica, solo me da aliento. Jajaja, así somos los humanos no nos basta con el amor incondicional que puede ofrecernos alguien tan fraterno como una madre, el Dios místico que nos acoge o el diario personal, debemos, anhelamos además encontrar una persona con contradicciones y devenires que de vez en vez, nos lea, nos atienda, nos siga, así esto implique recibir algún juzgamiento.
Y dejando de lado la nostalgia, no se si lo había dicho antes, pero así es, yo Angela Manrique, que me bautice Kharmino ya hace más de diez años para ser más acorde a las redes sociales y esta manía de comunicación internauta; tan humana y y de carne y hueso como otros, pero digamos que un tanto cursi para lo que hoy nos ocupa, tengo diario hace muchos años, empecé a escribir a los trece años y, hoy casi llego a los 38.
Hace mucho rato leí no recuerdo donde un articulo que señalaba esta inclinación de algunos escritores de paso como yo, a llevar un diario personal y secreto que solo se desvela al momento de su muerte, Escritos póstumos, algo así entendí, jajaja, pues ni que decir, según mi experiencia, yo me he valido de la escritura para plasmar en el papel partes de mis vivencias, antes muy al inicio fue un monologo de rutinas hechas día a día, pero luego cobro vida mi confidente, se dio de por si, su propio Nombre Lucero, Lucerito y resulto siendo aquel confidente que escucha, y no cuestiona mis in puntualidades o reprocha mis ausencias.
Estos últimos días en los que estuve por vacaciones, sufrí de una crisis lectora que me dejo sin material que publicar, y el trabajo agoto mis pocos momentos de relax para abrirme a la creatividad. Me ocupe de mi amigo incondicional, jaja, le he dado varias ojeadas a estos cuadernos que he guardado por tanto tiempo, primero bajo mi cama, y ahora en un mueble muy junto a ella.
Mi hija se inquieta, quiere chismorrearlo, lee lo que su pereza hacia la lectura le permite... a mi no se me da nada, igual son para ella, ya le llegara esta necesidad que nos asalta a todos de comprender por qué es como es nuestra madre, ella cuenta con una ventaja tiene quien le contará lo que yo no podré decirle de manera objetiva. Le dije hace poco que los podrá tomar como suyos cuando yo falte, y sus ojos de casi 9 años se quebraron en un mar salado angustioso al presentir que esta es una probabilidad muy inminente. Yo la acune en mis brazos y la eleve a pensamientos más amables y juntas ojeamos cada cuaderno.
Les dejo una foto de mi legado. Bay
Entonces volviendo al tema de que veo ante mi un fantasma sin color resolví por un tiempo dedicar mi escritura a Mi diario Personal: Lucerito que a pesar de ser poco tangible o multiforme, pues sus entrañas suele cambiar de forma y de color según el cuaderno en turno, hm... si siento su color, bueno, como explicar?, percibo su energía, y ni que hablar de su voz, es melodiosa, no juzga, no critica, solo me da aliento. Jajaja, así somos los humanos no nos basta con el amor incondicional que puede ofrecernos alguien tan fraterno como una madre, el Dios místico que nos acoge o el diario personal, debemos, anhelamos además encontrar una persona con contradicciones y devenires que de vez en vez, nos lea, nos atienda, nos siga, así esto implique recibir algún juzgamiento.
Y dejando de lado la nostalgia, no se si lo había dicho antes, pero así es, yo Angela Manrique, que me bautice Kharmino ya hace más de diez años para ser más acorde a las redes sociales y esta manía de comunicación internauta; tan humana y y de carne y hueso como otros, pero digamos que un tanto cursi para lo que hoy nos ocupa, tengo diario hace muchos años, empecé a escribir a los trece años y, hoy casi llego a los 38.
Hace mucho rato leí no recuerdo donde un articulo que señalaba esta inclinación de algunos escritores de paso como yo, a llevar un diario personal y secreto que solo se desvela al momento de su muerte, Escritos póstumos, algo así entendí, jajaja, pues ni que decir, según mi experiencia, yo me he valido de la escritura para plasmar en el papel partes de mis vivencias, antes muy al inicio fue un monologo de rutinas hechas día a día, pero luego cobro vida mi confidente, se dio de por si, su propio Nombre Lucero, Lucerito y resulto siendo aquel confidente que escucha, y no cuestiona mis in puntualidades o reprocha mis ausencias.
Estos últimos días en los que estuve por vacaciones, sufrí de una crisis lectora que me dejo sin material que publicar, y el trabajo agoto mis pocos momentos de relax para abrirme a la creatividad. Me ocupe de mi amigo incondicional, jaja, le he dado varias ojeadas a estos cuadernos que he guardado por tanto tiempo, primero bajo mi cama, y ahora en un mueble muy junto a ella.
Mi hija se inquieta, quiere chismorrearlo, lee lo que su pereza hacia la lectura le permite... a mi no se me da nada, igual son para ella, ya le llegara esta necesidad que nos asalta a todos de comprender por qué es como es nuestra madre, ella cuenta con una ventaja tiene quien le contará lo que yo no podré decirle de manera objetiva. Le dije hace poco que los podrá tomar como suyos cuando yo falte, y sus ojos de casi 9 años se quebraron en un mar salado angustioso al presentir que esta es una probabilidad muy inminente. Yo la acune en mis brazos y la eleve a pensamientos más amables y juntas ojeamos cada cuaderno.
Les dejo una foto de mi legado. Bay
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